¿Qué hace que un producto de software sea realmente exitoso? ¿Es suficiente con que funcione correctamente y cumpla con los requerimientos? La respuesta es un rotundo no.
Más allá de la funcionalidad, la clave está en la experiencia del usuario (#UX). Un software puede realizar todas las tareas para las que fue diseñado, pero si su uso resulta frustrante o confuso, difícilmente logrará conquistar a sus usuarios. Aquí es donde entran en juego las evaluaciones heurísticas, una poderosa herramienta para integrar la UX en el proceso de Quality Assurance (#QA).
¿En qué consisten las Evaluaciones Heurísticas en el mundo del Software?
Imagina que estás desarrollando una aplicación móvil. Funciona perfectamente, pero al usarla, notas que los botones son demasiado pequeños, los menús son confusos y no hay consistencia en el diseño entre las diferentes pantallas. Estos son problemas de usabilidad que una evaluación heurística podría detectar fácilmente.
¿Pero por qué integrarlas en el proceso de QA?
Tradicionalmente, las pruebas de QA se enfocaban en verificar que el software cumpliera con los requerimientos funcionales. Sin embargo, al incorporar evaluaciones heurísticas, se amplía el alcance para cubrir también aspectos de usabilidad. Esto permite identificar problemas de UX de manera temprana, cuando son menos costosos de corregir.
Como menciona Jared Spool, fundador de User Interface Engineering: “Los usuarios reales te muestran cosas que nunca hubieras anticipado – no importa cuántas evaluaciones heurísticas hayas hecho”. Por eso, lo ideal es combinar ambas técnicas. Las evaluaciones heurísticas son excelentes para detectar rápidamente problemas evidentes, mientras que las pruebas con usuarios revelan dificultades más sutiles. Juntas, brindan una visión completa de la experiencia.
Las heurísticas más comúnmente utilizadas en estas evaluaciones fueron propuestas por Jakob Nielsen, un pionero en la usabilidad, y son conocidas como “10 heurísticas de usabilidad”. Estas heurísticas son:
- Visibilidad del estado del sistema: El sistema debe mantener informados a los usuarios sobre lo que está sucediendo, con retroalimentación apropiada en un tiempo razonable.
- Correspondencia entre el sistema y el mundo real: El sistema debe hablar el idioma de los usuarios, con palabras, frases y conceptos familiares para ellos, en lugar de terminología orientada al sistema.
- Control y libertad del usuario: Los usuarios a menudo eligen funciones por error y necesitarán una salida claramente marcada para dejar el estado no deseado sin tener que pasar por un diálogo extenso.
- Consistencia y estándares: Los usuarios no deben tener que preguntarse si diferentes palabras, situaciones o acciones significan lo mismo. Siga las convenciones de la plataforma.
- Prevención de errores: Mejores que los mensajes de error es un diseño cuidadoso que prevenga la ocurrencia de un problema en primer lugar.
- Reconocimiento en lugar de recuerdo: Minimice la carga de memoria del usuario haciendo visibles los objetos, acciones y opciones. El usuario no debe tener que recordar información de una parte del diálogo a otra.
- Flexibilidad y eficiencia de uso: Los aceleradores, no vistos por el usuario principiante, pueden acelerar la interacción para el usuario experto de tal manera que el sistema puede atender tanto a usuarios inexpertos como experimentados.
- Estética y diseño minimalista: Las interfaces no deben contener información irrelevante o rara vez necesaria. Cada unidad extra de información en una interfaz compite con las unidades relevantes de información y disminuye su visibilidad relativa.
- Ayudar a los usuarios a reconocer, diagnosticar y recuperarse de errores: Los mensajes de error deben expresarse en lenguaje sencillo (sin códigos), indicar con precisión el problema y constructivamente sugerir una solución.
- Ayuda y documentación: Aunque es mejor que el sistema pueda ser utilizado sin documentación, puede ser necesario proporcionar ayuda y documentación. Esta debe ser fácil de buscar, enfocada en la tarea del usuario, listar pasos concretos a realizar y no ser demasiado extensa.
El proceso de una prueba de heurística generalmente incluye los siguientes pasos:
- Preparación: Selección de evaluadores, definición del alcance y objetivos de la evaluación, y elección de las heurísticas a aplicar.
- Evaluación individual: Cada evaluador examina la interfaz de manera independiente, tomando notas sobre los problemas de usabilidad que encuentra en base a las heurísticas.
- Reunión de evaluación: Los evaluadores se reúnen para discutir sus hallazgos, consolidar las observaciones y asignar una gravedad a cada problema identificado.
- Reporte: Se elabora un informe que detalla los problemas de usabilidad encontrados, su gravedad y recomendaciones para su corrección.
Las pruebas de heurística son útiles porque son relativamente rápidas y económicas, y pueden ser realizadas en cualquier fase del desarrollo del software. Además, proporcionan una manera sistemática de identificar y abordar problemas de usabilidad que pueden afectar negativamente la experiencia del usuario.
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